El día de las velitas se celebra en Colombia como vigilia de la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el dogma fue proclamado así por el Papa Pío IX en la bula Ineffabilis Deus el 8 de diciembre de 1854:
En la noche del 7 de diciembre a las 7 de la noche es la mejor hora para empezar el alumbramiento.
La vela blanca al medio para todos tus propósitos espirituales.
A cada lado colocas las velas una a una.
Vela azul para agradecer por la protección a cada momento.
Vela verde para agradecer por la salud la física, espiritual y mental.
Vela rosada agradeciendo por las elaciones afetivas con mi familia, vecinos, compañeros de trabajo, vecinos.
Vela amarilla está relacionada con la fuerza vital y curativa, fuerza espiritual.
Vela naranja para combatir a los enemigos ocultos a las energías de envidia de celos de rencores y de guerras.
Vela roja se agradece por la economía los proyectos los negocios y todos los ingresos económicos.
Violeta o morado agradecemos por la relación espiritual con nuestros Dios y personas ya muertas.
Luego se realiza el cierre moviendo las manos en circula y elevar las peticiiones al cosmos. Puede pedir con una oración, esta es una sugerencia.
¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los miserables hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz. Amén.