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Ritual antiguo contra la envidia

Primero debe hacer una limpieza general de toda la casa.

Para hacer este ritual necesitamos:

  • Un litro de agua potable.
  • Siete hojas de ruda.
  • Siete pétalos de rosas rojas.
  • Una astilla de canela pequeña.
  • Una cucharada de azúcar morena.
  • Una cucharada de sal gruesa.
  • Una vela roja pequeña.

Poner en el fuego el agua con el azúcar las tres hojas de ruda y los tres pétalos de rosas. Hervir durante siete minutos.

Luego dejar enfriar. Poner el litro de agua en una botella de vidrio transparente. Poner la vela delante de la botella. Puede ser en la cocina o en el baño en la ducha a  oscuras. Encender la vela, esperar unos minutos y luego decir:

“¡Con este agua, yo sello esta casa cortando todo el mal!

¡Oh, espíritu del agua, limpia toda la vibración negativa de este sitio y bendice el hogar con tu calor para que los amigos siempre se reúnan!

¡Oh, espíritu del agua, expulsa todas las sucias energías de este lugar!

¡Oh, espíritu del agua, bendice esta casa o mi trabajo con sólidos cimientos, paredes resistentes y techo para que proteja a todos los que vivimos dentro!

proteje todo lo mío, protejo a mis amigos, a mis amores y a todos mis allegados del mal que pueda provenir de fuera”.

Dejar la vela encendida y permanecer en silencio delante de ella un tiempo. Cuando la vela se ha terminado o al siguiente día, tomar la sal y ponerla en el agua, al hacerlo decir: “Así sea hoy y mañana”. Revolver con una cuchara de madera.

Usar esa agua para rociar en la entrada de la casa y en el trabajo. Puede llevarse un pequeño frasco en la cartera.

Oración de protección personal ante extraños

Existe una poderosa oración mágica ideada para protegernos de ataques y agresiones de desconocidos y que se basa en invocar a los 3 arcángeles. Para comenzar, busque un lugar tranquilo y proceda así:

Primero se invite al Arcángel San Gabriel, diciendo lo siguiente: “San Gabriel, protégeme y guíame. No te olvides de bendecirme con los poderes de la comunicación de los ángeles”.

A continuación se invita al Arcángel San Rafael, proclamando: “San Rafael, protégeme y guíame. No te olvides de darme tu santa bendición otorgándome los poderes de la curación de los ángeles”.

El Arcángel San Miguel será el último que invoquemos de la siguiente manera: “San Miguel, protégeme y guíame. No te olvides de bendecirme con los poderes de la visión de los ángeles”.

Una vez invocados los tres Arcángeles, diga con convicción: “Arcángeles, abrid mi mente, mi corazón y mi intuición, y ayudadme a dar buenos pasos para transformar mi vida y protegerme de todo mal. Con todo mi amor os pido vuestra bendición para que me llegue en cada momento de mi vida. Bendecid mis sentimientos y pensamientos, así como mi cuerpo. Doy gracias a la vida, y agradezco también las bendiciones de los Arcángeles. Así sea”.

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Antes de escribir, le recordamos tener respeto por las creencias de otros lectores y prudencia en el lenguaje.


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